Sufres porque no aceptas lo que te va ocurriendo a lo largo de la
vida y porque tu ego te hace creer que puedes cambiar la realidad externa para
adecuarla a tus propios deseos y necesidades egocéntricas. Pero la verdad es
que lo único que sí puedes cambiar es la interpretación que haces de los
acontecimientos en sí, conociendo y comprendiendo cómo funciona tu mente. Si tu
interpretación del hecho te reporta sufrimiento es que actúas desde la
ignorancia; si te deja paz interior o te trae armonía y satisfacción no cabe
duda de que actúas desde la sabiduría. Ante el sufrimiento, el miedo, la
tristeza o la angustia hazte una simple pregunta: ¿qué es lo que no estoy
aceptando? La respuesta te hará comprender que la limitación que origina todas
estas desagradables reacciones está en tu propia mente y no en ninguna otra
parte. En realidad nadie puede hacerte daño: tu ego es el que te hace
reaccionar automática y negativamente ante lo que te sucede, te dicen o te hacen.
Tu ego es el único responsable de tu malestar interior, por mucho que te
esfuerces en buscar culpables fuera de ti mismo. Cuando compruebas la veracidad
de estas afirmaciones a través de tu experiencia personal, dejas de intentar
cambiar la realidad externa para acomodarla a las exigencias de tu ego y
comienzas a trabajar sobre tu realidad interna para aprender a aceptarla tal
como es. A partir de entonces comprendes que has venido al mundo a aprender a
ser feliz por ti mismo.
Éste es el llamado camino espiritual.
Éste es el llamado camino espiritual.
Gerardo Schmedling
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